Cómo pintar sillas de madera

Las segundas oportunidades están de moda cuando hablamos de mobiliario. Si tenemos sillas antiguas o que están bastante desgastadas por el tiempo, darles una nueva vida con una capa de pintura nos ayudará a mantenerlas durante más tiempo. ¡Y además está de moda! Así, pintarlas en colores pastel o tonos llamativos nos da un aspecto de contraste entre el estilo de la silla y el color actual. Por eso, pintar todo el conjunto de sillas nos dará un resultado llamativo y a la vez bonito. Te contamos cómo hacerlo a continuación.

¿Cómo preparar madera para pintar?

Preparar la madera para pintar no es complicado, pero el proceso varía si es una madera ya tratada o nueva. Asegurarnos que la madera esté limpia y seca es indispensable para un acabado óptimo. El lijado es necesario hasta que la superficie esté lisa y suave. Por eso, debemos empezar con una lija de grano grueso y cambiar progresivamente a lijas de grano más fino para eliminar manchas o restos de pintura anterior. Terminar limpiando los restos de serrín con un paño húmedo nos ayudará a conseguir una superficie casi preparada para pintar.

En caso de tener agujeros, tendremos que sellar con una masilla y volver a lijar si fuera necesario. Además, para que la pintura nos dure largo tiempo, es conveniente utilizar una imprimación selladora, lo que facilitará la aplicación de la pintura y a que se adhiera a la superficie.

¿Qué tipo de pintura utilizar para pintar sillas?

Pintar una silla de madera no debería ser algo complicado si primero nos fijamos en el estado en el que se encuentra. Por eso, la pintura debería ser el toque final una vez arreglados los desperfectos que pudiera tener. En el mercado existen diferentes tipos de pinturas que nos ayudarán a darle una nueva vida a nuestras sillas, pudiendo diferenciar entre:

• Pinturas al óleo: tienen un fuerte olor que puede durar varios días, pero destaca por ser más resistente a los arañazos.
• Pinturas al látex: también resistente y aunque se limpia bien tiene el inconveniente que tarda mucho en secarse.

Utilizar un aerosol o spray, es otra opción para pintar y conseguir un buen acabado incluso aunque no seas un experto. Es una forma cómoda, rápida y limpia ya que evitamos completamente el goteo, las marcas de la brocha y la limpieza de las mismas.

En este caso, al pintar con aerosol o spray deberemos seguir los primeros pasos para preparar nuestras piezas, lijándolas y sellándolas como hemos comentado anteriormente. Sin embargo, a la hora de aplicar la pintura en aerosol hay que tener en cuenta que es tóxica. Por eso, es importante no inhalarla, así como utilizarla en una zona con ventilación o utilizar mascarilla. Se debe aplicar a unos 20/30 cm. de la madera y siempre en movimiento, intentando no mantener el botón presionado mientras se apunta de manera fija a una zona. Su secado es rápido aunque conviene esperar al menos una hora entre capa y capa.

Pintura a la tiza para pintar nuestras sillas de madera

Otra opción que se ha puesto de moda en los últimos años es la pintura a la tiza o chalk paint, ya que es una técnica fácil, rápida y económica de aplicar. No necesita de un lijado previo ni una imprimación, a no ser que la silla que se vaya a pintar esté en muy malas condiciones, por lo que nos ahorraremos tiempo y materiales.

No obstante, pese a que no sea necesario este paso, es recomendable limpiar la silla para eliminar restos de grasa o impurezas. Para esta labor basta con una mezcla de agua y amoniaco o bien con un limpiador industrial. Este tipo de pintura además de ser fácil de aplicar bien con brocha o con pincel, tiene la ventaja que cubre con la primera capa debido a su densidad y su alto poder de cobertura, por lo que en la mayoría de los casos no es necesaria la aplicación de una segunda capa. Además, en caso de tener que decapar, permite un fácil lijado. Por otro lado se seca rápidamente y es fácil de limpiar con agua, aunque dependiendo del acabado que queramos darle, es posible que necesite una cera o un barniz de acabado, que protegerá de agresiones.

Lo cierto es que en el mercado podemos encontrar multitud de opciones para que nuestras sillas luzcan como recién salidas de la tienda. Dependiendo del acabado que queramos darle a nuestro mobiliario, podemos escoger un barniz satinado que nos permitirá darle un toque de brillo (además de que será más resistente ante las manchas y resulta más sencillo de limpiar) o bien mate para no sacrificar su acabado aterciopelado. Su variedad de tonos hace de esta técnica una apuesta segura a la hora de utilizarla.

Determinar si una silla es o no una antigüedad antes de pintarla, es imprescindible para que no pierda su valor antes de modificarla o pintarla, así que asegúrate antes de que está en buen estado.