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Más información Gestionar cookiesUno de los aspectos que más suelen condicionar el éxito o fracaso en un local de hostelería es el tipo de decoración seleccionada. Por ello siempre conviene conocer algunos de los modelos paradigmáticos del diseño industrial relacionados con el mobiliario: identificar a los grandes clásicos es algo básico para poder darle el toque personal a nuestro establecimiento. En esta entrada se analizarán cuáles son las sillas Tolix, cómo fue su nacimiento, las causas que motivaron su increíble éxito y en qué tipo de locales quedan mejor estéticamente.
Breve historia de las sillas Tolix
Antes de ver cuáles son las sillas Tolix, lo fundamental es hacer un breve recorrido histórico por su vida y desarrollo en el mercado. La historia de las sillas Tolix da comienzo en 1934, cuando el joven diseñador Xavier Pauchard la lanza al mercado tras años experimentando con un material poco frecuente en muebles como era el zinc. Sería en ese año cuando, tras muchos intentos infructuosos, consigue proteger ciertos tipos de metales de la oxidación haciendo uso de la técnica del galvanizado. El galvanizado consiste básicamente en recubrir tanto el hierro como el acero con una capa de zinc protectora que consigue repeler la corrosión; de esta forma, se lograba hacer los asientos mucho más resistentes y duraderos en el tiempo. Pauchard se centra a partir de ese momento en fabricar muebles pensados fundamentalmente para los exteriores, fundando su propia marca personal: Tolix.
La silla Tolix o silla A no se vendería de manera oficial hasta el año 1950, cuando con apenas 80 operarios en plantilla se logran ejecutar en la fábrica miles de unidades que empezaron a decorar otras fábricas, hospitales y oficinas. Tal fue su éxito que incluso las grandes cerveceras las regalaban a sus clientes después de hacer importantes tratos con ellos. Este es uno de los motivos por el que su modelo se hizo tan popular en la hostelería desde mediados del siglo XX.
De manera mucho más concreta, el mobiliario de Tolix gozó de un gran éxito entre los locales de hostelería parisinos: cafeterías y restaurantes apostaban por unas sillas que resultaban muy ligeras, altamente resistentes a las inclemencias y, sobre todo, muy funcionales. En definitiva, unos asientos que reunían todas las características que cualquier negocio podría pedirle a este tipo de muebles.
¿Cuáles son las sillas Tolix?
Las sillas icónicas Tolix fueron ideadas específicamente para ser utilizadas en los exteriores de los negocios de hostelería. Por ello, y ante la posible presencia de lluvias en un momento dado, habían sido provistas de tres agujeros en la base del asiento para que el agua corriera y no se quedara depositada. Como el diseño es una disciplina en constante evolución que queda sometida a las modas del momento, ahora podemos hallar estas sillas Tolix con un asiento realizado con una base de madera. Mucho más estéticas, pero menos útiles para los exteriores que el modelo inicialmente patentado.
Pese a anticipar este tipo de problemáticas, las sillas A presentaban otro tipo de dificultades de carácter práctico para los hosteleros: a la hora de tener que apilarse unas sobre otras, resultaba prácticamente imposible conseguir una torre estable y segura. Por ello, la compañía Tolix rediseñó el modelo escuchando las quejas de sus clientes: así pues, hizo una estructura mucho más fina que la inicial, permitiendo de este modo que se sobrepusieran hasta 25 sillas sin ninguna dificultad. Se solucionaba así un problema que logró multiplicar su venta para los cafés de la ciudad.
¿Por qué incorporarlas a nuestro negocio?
Actualmente, no solo se pueden adquirir estas sillas que ya están presentes en instituciones de prestigio mundial como el MoMa de Nueva York o el Centro Pompidou. Desde que la fábrica Tolix fuera adquirida en 2004 por Chantal Androit, se comenzaron a fabricar otro tipo de productos como bancos, mesas, taburetes y banquetas, tanto altas (perfectas para la barra) como bajas. Los taburetes altos Tolix presentan un diseño muy simple y de líneas rectas funcionales. La base plana, que puede ser de acero o madera, apoya en cuatro delgadas patas. No presentan ni respaldos ni apoyabrazos.
La estética Tolix es perfecta para locales vintage o tipo hipster donde abunda el ladrillo visto, los palets o las bombillas con cables a la vista. Para darle una vuelta de tuerca a este icono del estilo industrial, se puede optar por comprar las sillas pintadas en vivos colores que darán alegría a la decoración del establecimiento. La variedad de tonalidades y ese toque retro que aporta hace de esta silla un auténtico acierto para locales que quieran combinarla con materiales más tradicionales como la madera.
Conociendo ya cuáles son las sillas Tolix y los ambientes en los que mejor suelen funcionar, solo nos queda incorporarlas a nuestro negocio. Un buen servicio acompañado de una adecuada estética nos asegurará clientes y prosperidad.
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